Qué me pasa con Ciudad del Cabo, que me tiene loco, loco, loco?
Ya, ya lo se, a estas alturas y después de haber escrito tanto sobre
tantos sitios, y después de dejar por escrito que me he enamorado de tantos
lugares, entiendo perfectamente que ya no me creais…..
Lo mejor que podeis hacer es coger un avión y verlo con vuestros
propios ojos, será desde luego la mejor forma de comprobarlo.
Ciudad del Cabo me tiene hiptonizado, y la verdad, ya no se que más
escribir sobre esta increíble ciudad Sudafricana;
O SI.
Cada vez que voy Ciudad del Cabo (CdC) vuelvo con 3 o 4 cosas nuevas
sobre las que escribir, lo que da una idea de todo lo que se puede ver y hacer
en este recóndito lugar de la tierra.
Vaya por delante que llegar a CdC no es ni tan difícil ni tan caro,
solo requiere unas dosis de paciencia, ya sabeis, quien viaja y quiere
descubrir nuevos lugares tiene que sacrificarse un poco.
Resumiendo opciones, si uno quiere visitar Ciudad del Cabo lo normal
es hacerlo a través de Johannesburgo, aunque la verdad, la capital de
Sudáfrica, aunque esconde varias sorpresas y da para uno o dos días de visita
(siempre bajo mi punto de vista) no merece ser parada de nuestro viaje como no
sea porque logísticamente, o económicamente compense de alguna manera, aunque
entiendo es fácil hacer esta afirmación después de haberla visitado media
docena de veces.
Para llegar a Ciudad del Cabo hay varias aerolíneas Europeas y Arabes
que vuelan directamente, por lo que un Madrid – Londres – Ciudad del Cabo es
una opción, como un Madrid – Dubai – Ciudad del Cabo por poner dos ejemplos, y
todo ello por un coste a partir de unos 500€ aproximadamente (aunque con otras
combinaciones a través de Johanesburgo y/o con tiempo se pueden conseguir
mejores precios).
Mi recomendación es hacerlo con Emirates por Dubai (y de paso lo
conocemos) o por Doha con Qatar Airways, sencillamente porque son de las
mejores compañías del mundo, y la turista de estas dos es casi mejor que la
business de muchas otras.
Más comodo? Quizás sea meterte en un avión en Londres a las 9 de la
noche y despertar en Ciudad del Cabo, las dos opciones son buenas por lo que yo
me decidiría básicamente por el precio o por las ganas de conocer Dubai.
Una vez en Ciudad del Cabo hay que escoger hotel, y para ello
RECOMIENDO que os olvidéis de las grandes cadenas, de los grandes hoteles,
porque si algo hay en CdC son decenas de Boutique Hotels, pequeños hoteles ó
Bed&Breakfasts (llamarlo como queráis)
En visitas anteriores me quedé en el Sugar Hotel, del que ya escribí
un post, un precioso boutique hotel en pleno Green Point (zona nueva de CdC que
alberga el Nuevo Estadio y la preciosa marina de V&A) y donde la verdad, me
encanta hospedarme en mis visitas a esta hermosa ciudad.
En esta ocasión, el destino quiso que el Sugar Hotel estuviera
completo, por lo que después de un rápido estudio de mercado me decidí a probar
otro pequeño y FABULOSO boutique hotel, de nombre 52 De Wet.
Este hotel, sobre el que también he escrito un post, fué mi humilde
morada durante un fin de semana de descanso y de relax, entre dos semanas
complicadas de reuniones, vuelos y visitas a clientes. La verdad, no se me
ocurren mejores opciones que los desayunos en la terraza de esta lujosa villa
disfrutando de la inmensidad y la fuerza del Océano Atlántico, para comenzar un
día lleno de posibilidades. Baño entre tiburones, paseo en Huey Cobra, Rappel,
Bungy Jumping, cata de vinos, Kitesurfing, sencillamente sol y playa, y/o un
largo etc.
En CdC hay dos montañas que llaman la atención y que destacan por
encima de cualquier otra cosa, son las llamadas Table Mountain y sus 12
Apóstoles y la conocida como Lions Head, por tener la forma del león sentado.
Hasta hace bien poco, solo sabía de la posibilidad de subir a Table
Mountain mediante el teleférico o haciendo trekking (senderismo) por una ruta
de unas 3 o 4 h. Nada sabía sobre la posibilidad de subir a Lions Head, entre
otras cosas, porque mirando hacia ella parece que su cumbre es roca pura y por
tanto, inaccesible para el típico viajero como puedo ser yo.
Leyendo en Internet me encontré un precioso blog que hablaba de las
maravillas de Ciudad del Cabo, y cuando vi la foto que sigue a este párrafo me
dije, AHÍ TENGO QUE SUBIR YO!!
Y una vez más, casualidades de la vida, 3 o 4 semanas después estaba
en CdC, en pantalón corto y preparado para la ascensión.
La verdad, no me costó mucho encontrarlo, porque por un lado está bien
indicado, y por otro cuando llegué al lugar donde comienza la pista de subida,
me di cuenta que esta excursión es pasatiempo y costumbre entre, ya no solo los
turistas, sino también para los locales.
Resumiendo como llegar al punto de salida, diremos que saliendo del
centro de Ciudad del Cabo hay que coger la Main Road dirección sur (hacia Camps
Bay). Si seguimos varios Km por esa carretera, después de pasado Clifton Beach
y antes de llegar a Camps Bay, dicha carretera se convierte en De Kloof Road.
Seguimos por esta y llegaremos a un cruce donde podremos hacer una izquierda
hacia Signal Hill (la que nos interesa) o una derecha hacia el teleférico de
Table Mountain. A no más de 10 Km del centro de CdC.
Conducimos por Signal Hill Road no más de 500 m y a mano izquierda,
veremos una pista de tierra batida que rápidamente se vuelve empinada. Esta, es
la que nos llevará a la cima de Lions Head.
Se trata de una subida moderadamente fácil, para la que no hay que
estar específicamente entrenado, pero a la que conviene subir preparado
(playeros o mejor botas de montaña). He visto a niñas subir en vestido y con
francesitas, y aunque han llegado a la cima, no creo que sea la forma más
adecuada, ni la más cómoda o segura para subir.
Importante, llevar agua o líquido para hidratarse, porque dependiendo
de la hora el sol pega, hace calor, se suda mucho y la subida es relativamente
dura, o cuando menos algo empinada.
Tiempo? Se puede hacer entre 25 minutos para los más profesionales y
hora y media para lo más tardones y sobre todo para los que se lo tomen con
tranquilidad. Yo no soy profesional de nada y no tengo demasiado tiempo para
hacer deporte (aunque lo hago todas las veces que puedo) y lo subí en 40
minutos y con algo de tráfico.
La mejor hora? Empezar la subida entre dos horas y hora y media antes
del atardecer. Por qué? La puesta de sol es impresionante y yo dejaría unos
minutos para sacar fotos arriba. Si es día de mucha gente (el sábado que yo
subí conté a más de 60 personas en la cima) las colas para bajar pueden ser
importantes, ya que hay zonas, donde hay que bajar por escaleras (2) agarrarse
a unas cadenas (1) y utilizar unos peldaños en forma de agarraderas ancladas a
algunas paredes (3).
A los 10 o 15 minutos de bajar llegas a una senda donde las vistas son
similares a las de la cima y por ende, las fotos no perderán ni un ápice de
calidad.
Con la botella de agua fría en la mano, playeros de correr, un traje
de baño y un polo me dispuse a subir, sin saber con exactitud, lo que me iba a
encontrar, la dificultad del recorrido, el tiempo que se tardaba o lo que
quería decir “zonas de dificultad media”.
Ahora que ya lo se, quiero compartirlo con vosotros para que no os
pase lo mismo.
El Objetivo de esta pequeña aventura? No solo disfrutar de una hora o
dos de deporte y/o de hacer un ejercicio que seguro que nos viene bien, sino de
sacar unas fotos que para mi, son de lo más bonito que he visto en mi vida. Y
como no hay mejor muestra que un botón, aquí os van mis fotos de esta tarde en
Lions Head.
Como podeis observar la subida empieza empinada, las fotos no hacen
justicia con la realidad, aunque es cierto que es una pista ancha y más o menos
firme.
A medida que vamos subiendo y bordeando la montaña, agradeceremos las
sombra de la misma si es que vamos a última hora del día. Al mismo tiempo que
vamos subiendo la pista se va haciendo más estrecha, y hay zonas en las que
tendremos que dejar paso al que baja ya que se hacen necesarios pequeños
saltitos para avanzar en algún desnivel.
Para hacerlo más ameno, cada 6 minutos hacía una corta parada de 1
minuto aprox. para beber un poco de agua y sacar fotos de aquello que me
pareciera más interesante.
Increibles las vistas que hay de Table Mountain con su, ya famoso
tablecloth encima (mesa y mantel). Las nubes que sobrevuelan la cima de Table
Mountain lo hacen de una manera tan original y graciosa, que bien parece que se
tratase, como le llaman en inglés, del mantel de una mesa puesta.
Curioso también es el reflejo de la cima de Lions Head en las calles
de la ciudad.
Increible perspectiva de Table Mountain, los 12 Apóstoles y a sus
piés, la preciosa comunidad playera de Camps Bay, donde tanto nos gusta cenar y
pasar los días en su playa.
Seguimos subiendo y la cosa poco a poco se complica, nada del otro
mundo, pero una zona donde conviene cogerse a las cadenas ancladas a la pared,
un tramo con una escalera metálica y dos pasos donde hay una especie de
escaleras ancladas a unas paredes verticales de entre 4 y 6 metros donde el
paso es obviamente individual, o subes o bajas pero solo de uno en uno.
Llegamos al tramo final donde la estrechez del camino permite poco
adelantar, pero como no se trata de una maratón tampoco pasará nada.
Cada vez que hago una parada para dejar a alguien pasar (a estas
alturas ya hay más paradas por obligación que por necesidad), tomo un sorbo de
agua y me quedo tonto mirando el paisaje que tengo delante de mis narices.
Se me ocurren muchas palabras para describir lo que estoy viendo, pero
si puedo resumirlo en unas pocas diría que lo que estoy viendo me parece
enorme, salvaje, inmenso, brutal, amen de precioso. La naturaleza no me había
llenado tanto, no me había cortado la respiración de esa manera desde mi última
visita a la Isla Sur de Nueva Zelanda.
Porque hay muchas cosas bonitas hechas por el hombre, hay muchas cosas
preciosas aprovechadas por el hombre, pero las que muchas veces valoro por
encima de las demás son las de naturaleza virgen, sin tocar. Y esta preciosa
esquina del mundo, si por alguna cosa me tiene enamorado es por la fuerza de su
naturaleza (por no hablar de cultura, gastronomía, etc.)
Después de otro paso por la última escalera llego a la cima y disfruto
de los últimos minutos del atardecer. El sol ya incide sobre Table Mountain y
los Apóstoles de una manera diferente, dotando al atardecer de unas preciosas
tonalidades que se reflejan en las piedras y en el cielo principalmente.
Tenemos enfrente uno de los más bellos atardeceres que seguramente se puedan
contemplar en la tierra.
Y por fin llega el momento de sacar la foto que me prometí sacaría
durante mi próxima visita a Ciudad del Cabo, mucho antes de lo que pensaba
cuando hace un mes descubría esta excursión por Internet.
Llega el momento de bajar y la verdad, que se baja como un tiro. Hay
que estar más preocupados de la gente que de otra cosa, eso si, siempre con
mucho cuidado y precaución ya que hay zonas, que aunque no excesivamente
peligrosas, si que pueden darnos algún susto.
Como comentaba anteriormente 15 minutos antes de que se ponga el sol,
a las 19:59 exactamente, comienzo a descender para sacar algunas de las fotos
más bonitas que jamás haya sacado.
Son las 21:30 y estoy echado en una hamaca del 52 De Wet, contemplando
y escuchando al mar, con una rubia a mi lado (de las que van frias y en
botella). Estoy en esos momentos de desconexión total, de lo que yo llamo
“hemorragia de felicidad”, y aunque es cierto que falta mi familia a mi
alrededor, el nivel de relax que tengo ahora mismo creo que va a ser difícil de
igualar.
Muy probablemente este año sea un año de mucho viaje, de muchos vuelos
y de mucho trabajo, y aun así me pregunto, cuando volveré a Ciudad del Cabo?
Porque aun no me fuí y ya quiero repetir, por muchas razones, una de
ellas hasta simpática; Podré batir mi record de subida la próxima vez que suba
a Lions Head?
Porque os garantizo una cosa, las vistas y el atardecer, bien se
merecen una y mil veces ese esfuerzo y subida.
Cuando volveré?
Como dicen los Ingleses, the sooner the better, vamos, en castellano
plano, cuanto antes mejor…!!
Un abrazo viajeros....
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