Dicen que Sevilla tiene un color especial, y qué razón tienen
Es decir Sevilla y me vienen a la cabeza muchas cosas, todas ellas
buenas. Sol, calor, cañita, pescaito frio, arte, salero, gracia y un largo etc.
Si hay algo que hacer en Sevilla es pasear y perderte por el Casco
Antiguo, disfrutar de la Catedral, de la hermosa Giralda de Sevilla, entrar en
los numerosos comercios que hay, tomarse unas tapas y unas cañas a la sombra en
un día de sol, es algo que no te puedes perder si vas a Sevilla.
Y hay otra cosa que tampoco te puedes perder, parada obligada desde
hace muchísimos años, el Restaurante Becerrita, a medio camino entre la
estación de Santa Justa y el Casco Antiguo.
Estoy convencido de que en Sevilla, se come bien en muchos sitios,
como también estoy convencido de que el Becerrita, es uno de los mejores.
Lo que me ha dejado impresionado es el nivel de servicio y de atención
del personal del Becerrita, su saber estar, su profesionalidad, su atención al
detalle, y lo más importante, que aunque sea tu primera visita ya te sientes
como si fueras un asiduo de toda la vida, amén de la calidad de su carta y de
lo riquísimo de sus tapas.
Importante comentar que por lo menos dos camareros creo recordar,
hablaban bien inglés y en una ciudad como Sevilla con tanto turista, creo que
se agradece, y mucho, sobre todo para nosotros que íbamos con unos clientes
extranjeros.
Siempre que he ido al Becerrita he comida de tapeo aunque el
restaurante, tiene una carta muy interesante y muy buena pinta. Por aquello de
probar muchas cosas, esta última visita volvimos a probar unas cuantas tapas.
Para empezar JAMON, siempre JAMON. Por Pasaporte, por nacionalidad, por amor al arte.... Para honrar a nuestros invitados Sudafricanos un poquito de jamón, pero de jamón del bueno….
Rapidamente escogimos unas cuantas tapas individuales para los cinco que estábamos en la terraza, que quizás es el único pero que le pondría al Becerrita. Y no es culpa de ellos, la calle no da para más y la localización no es la ideal para poner una terraza.
Para empezar la ración estrella de la casa, “croquetas de cola (rabo)
de toro” un monumento a la exquisitez, al buen sabor y al buen gusto,
acompañada como no podía ser de otra manera de una cañita bien tirada; qué
importante es tirar bien las cañas y en qué pocos sitios del norte las saben
tirar….
La segunda tapa fue Pulpo a la plancha sobre patata cocida y ali oli,
una tapa en principio sencilla pero bien preparada pero con mucho y muy buen
sabor.
Después vino la Tortilla de camarones al ajillo, de la que tanto me
habían comentado y que me dejó a medias, no se por qué, tengo que volver a
probarla ya que más bien fue una cena de trabajo que una en la que te puedes
parar a disfrutar y analizar lo que estás comiendo.
Albondiguillas de zamburiñas y gambas sobre salsa de calabacines fue
una ración que pedimos ya que sonaba muy bién, personalmente me decepcionó,
esperaba otra cosa, otro sabor.
La Terrina de hígado fresco de pato, con salsa de naranja confitada y
miel supo a gloria, ingredientes muy bien combinados.
La Presa Iberica de Bellota con mostaza crujiente buena también,
aunque personalmente pienso que estaba demasiado pasada lo cual endureció la
carne un poquito y le hizo perder la gracia.
La carta de vinos extensísima y con unos precios buenos, esta vez
acompañamos la cena con un estupendo vino “Sierra de Cantabria”, un vino rico
que cada vez que lo pruebo, me gusta más.
Y de postre un Gin&Tonic muy bien presentado y mejor servido. Creo
que es la primera vez en mi vida que cuando pido un Gin&Tonic me preguntan
si lo quiero con gas o sin gas. Cuestiones de la forma de servirlo, todo un detalle,
uno más en una larga lista.
En Sevilla hay numerosos restaurantes buenos, muchos de ellos con su
tapa típica, en el Becerrita no sólo encontrarás la “tapa estrella” (las
croquetas de cola de toro) sino un montón de platos más, servidos con gracia, con
gusto y con gran profesionalidad….
Que no es poco…..
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