lunes, 20 de abril de 2015

ICE Q Restaurant, SOLDEN, AUSTRIA


Hace unas semanas que una persona cercana a mi me dijo que había encontrado lo que podía ser el trabajo de mi vida, y la verdad es que me sorprendió porque nunca había reparado en ello.
 
Cierto es que ya me han dicho de todo: guía turístico, organizador de eventos, piloto de Iberia y un largo etc, pero lo de "Técnico en localizaciones cinematográficas" creo que ha roto el molde.
 
Pensándolo bien, no se trata de ninguna tontería. Realmente no se lo que tiene que tener un técnico en localizaciones cinematográficas pero supongo que mundo y kilómetros por lo menos, y de estos dos no me falta mucho la verdad. Con más de 100 vuelos al año, 80 noches fuera de casa y del orden de 200 restaurantes ya os podeis imaginar para lo que puede dar un año. 
 
A que viene esto? Ahora os lo explico.
 
Todos los años organizo un viaje de ski de amigos al que nos apuntamos entre 10 y 12 personas. Este año tocó una preciosa estación del Tyrol Austriaco; SOELDEN.

 
Se trata de un bonito pueblo rodeado de tres majestuosos picos que superan los 3.000 metros y donde esquiar es una maravilla por sus increíbles y largas pistas, por sus bellos paisajes, por la calidad de su nieve y un largo etc.
 
Una vez encuentro la estación y el hotel, busco actividades apre-ski para hacer así como una lista de restaurantes en la estación. Una semana de comidas y cenas da para mucho.

Haciendo mi pequeño estudio de mercado encontré un precioso "Palacio de Cristal" por encima de los 3.000 metros en uno de los picos de la estación, y dicho edificio, albergaba un no menos bonito restaurante donde juré y perjuré que comería....

 
El restaurante me pareció que tenía todo lo que tiene que tener un buen restaurante de altura: un precioso edificio de cristal, unas increíbles vistas del Tyrol Austriaco, un menú sofisticado, un servicio excelente y ese toque "chic" o "deluxe" que tanto me gusta, hasta el nombre me pareció acertado: ICE Q Restaurant.

 
Sinceramente, ya en un primer momento me imaginé el lugar como un sitio perfecto para que James Bond se tomara su "Vesper" (Martini con wodka, agitado pero no revuelto) aunque la sorpresa la llevamos cuando al llegar a la estación nos enteramos de que Daniel Craig estaba rodando una de las secuencias de su próxima película de nombre SPECTRE en la estación, y no solo eso, sino en el entorno del magnífico restaurante ICE Q.


Aquí podréis ver las primeras imágenes de la película que se grabaron en Soelden:

https://www.youtube.com/watch?v=YYKB75aIHWE

 
Después de disfrutar como disfrutamos de este restaurante me parecía obligado escribir sobre él, porque se trata una vez más de uno de esos "Secretos del Viajar" sobre los que siempre me gusta recomendar.
 
Hay 2 opciones para comer en este restaurante:
 
1. Todos los miércoles por la noche organizan un menú degustación de 7 platos (sin bebida más que el aperitivo) por la friolera de 108€, con un grupo de música en vivo en un precioso ambiente, quizás demasiado romántico para un grupo de 12 amigos con ganas de una buena cena y unas buenas risas. El hecho de ser cena y perderse las vistas que el lugar ofrece con la luz del día nos hicieron escoger la opción número 2, amen de que 108€ más bebidas se nos iba a ir por encima de los 150€ y AUN ESTAMOS EN CRISIS.
 
2. Comida a la carta.
 
Si bien es cierto que la opción 1 con una cena temprana y sobre todo, subiendo sobre las 17:30 o 18:00 para ver el atardecer es una muy buena opción, el hecho de ser 10 amigos y del excesivo coste de la misma nos hizo decantarnos por ir a comer a la carta.

 
Cierto es que subir a 3.000 metros a comer es un riesgo, metereologicamente hablando, pero ese ya es un riesgo asumible y que apenas se puede evitar.
 
Aun así recomiendo mirar siempre el parte de nieve al inicio de una semana de ski y escoger aquel día en el que al menos, mayores opciones haya de tener un día decente. Porque os digo una cosa, las vistas LO MERECEN.

 
Utilizando esa política me dirigí al restaurante el primer día que skiamos y nada más verlo supe, que esa, sería la elección estrella de este viaje.
 
El martes 3 de Marzo teníamos reserva a las 14:00, aunque una hora antes me escapé con mi "socio" Dominicano a tomar una (o dos) cervezas heladas, echar un vistazo a los platos que salían de la cocina y a sacar algunas fotos que ahora aparecen en este post.
 
JSV y yo disfrutamos de esa cerveza helada, de ese día de sol, de esas increíbles vistas y tomamos nota de los platos que fueron desfilando delante de nosotros durante esa intensa hora de espera.
 
Todo el restaurante es una caja de cristal y todo está estudiado al detalle para que la comida sea perfecta, para que el sol no moleste al comer y para todo lo que os podáis imaginar.

 
La mesa muy bien puesta y con un aperitivo de varias mantequillas y panes. Enseguida nos toman nota, un servicio exquisito sin ser ni pesado, y permitidme la expresión, tampoco pedante ni refinado. Un buen servicio, amable y rápido.

 
La "Casa" nos puso un estupendo aperitivo....


De entrantes cada uno escogió su plato, todos tenían buena pinta, pero yo ya le había echado el ojo a un "tartar de ternera" que luego resultó ser el más bueno que jamás haya probado.

 
Como ya me había gastado mis 18€ en mi entrante a la hora de escoger el principal, opté por la pasta ya que no quería aprovecharme del "fondo común" del grupo. Cual fué mi sorpresa cuando mis "Cintas con carpaccio de langosta" se convirtieron en un EXCELENTE plato de pasta, bañado con una estupenda salsa de marisco, un carpaccio de langosta (pero pasado por la plancha) sorprendente, unos tomates deshidratados, unas hojas de rúcula y unas migas de parmesano hacían de este plato algo sencillamente ESPECTACULAR.

 
Para los que quedaron con hambre o los más golosos hubo el típico postre Austriaco, el "Apple Strudel", ración grande e intensa en sabor.

 
Para beber aquí ya si que te puedes volver loco, vinos desde 30€ hasta los 2.000€ y los champanes parecido. Optamos por unas cervezas como aperitivo y un buen blanco "económico", uno especial, Riesling de esta zona de Europa, fresco y muy rico.

 
De sobremesa, Ron Zapaca para algunos y Wodka + Zumo de Naranja para otros.

 
Total de la factura: 82€ persona
 
Caro? A mi entender NO. Cierto es que no es poco dinero, pero el lugar, las vistas el servicio, la comida, el día, la compañía y un largo etc hacen de esta comida, una de las mejores comidas de mi vida que siempre recordaré, y eso no tiene precio, al menos para mi....
 
Si algún día se os ocurre ir a skiar a Soelden, o estais de vacaciones por la zona de Innsbruck, no dejéis de echar un vistazo a este plan, porque os garantizo, que si los "Técnicos en localizaciones cinematográficas" de las películas de James Bond lo han escogido, es realmente por una poderosa razón.

 
A mi ya me llega tarde la opción de apuntarme a ese trabajo que pinta apasionante, pero aun tengo toda la vida para seguir localizando geográficamente esos lugares, esos restaurantes y esos secretos que aquí os cuento y que me gusta llamar mis "Secretos del Viajar".

 
Un fuerte abrazo viajeros....

Recordad que me podeis seguir en Twitter  Secretos del Viajar @viajerosecreto
 
 

martes, 7 de abril de 2015

Viñedos DE GRENDEL, Ciudad del Cabo

 
Si bien es cierto que Internet ha tenido un impacto positivo en el mundo turístico, también lo es que hoy en día el margen de sorpresa es mucho menor. Antes de hacer un viaje nos empapamos con las mejores direcciones, los mejores hoteles, las mejores fotos e incluso videos de donde vamos a pasar nuestras próximas vacaciones.
 
Por eso, aquellas cosas que surgen por sorpresa, cuando menos te lo esperas y cuando menos cuentas con ellas, son las que más satisfacción provocan.
 
Me pasó hace menos de una semana, durante una reciente visita a mi querida Ciudad del Cabo.
 
Después de visitar a unos amigos por trabajo, decidimos ir a comer algo rápido y para no perder tiempo y bajar hasta la ciudad, aparcar y todo ese largo etc. decidieron llevarme a un restaurante cercano.
 
El restaurante cercano acabó convirtiéndose en un precioso viñedo perteneciente a una familia con larga tradición vinícola, los De Grendel.
 
 
El viñedo De Grendel se encuentra muy cerca del centro de Ciudad del Cabo, en la zona de Durbanville, lo que refuerza la teoría de que no se necesitan viajar más de 15 minutos desde el centro de la Ciudad para realizar una cata y visitar un viñedo de clase mundial.

Los viñedos De Grendel ocupan una superficie de 220 hectáreas, pero no es el tamaño su principal característica, sino sus increíbles vistas a Table Mountain, Lions Head y Ciudad del Cabo.
 

El camino hasta el edificio principal es también muy bonito y digno de fotografiar, y es que en esos 15 minutos pasas de una preciosa ciudad costera a una zona vinícola en plena zona rural.
 
 
Se trata de unas vistas privilegiadas, no quepa la menor duda, pero De Grendel no se queda solo en eso, sino que se complementa con un precioso edificio donde se realizan catas y que también alberga un hermoso restaurante y como no, la bodega donde preparan uno de los mejores caldos del país.
 
 
Los primeros viñedos se plantaron en el Año 2000 y la preciosa bodega/restaurante fue levantada en el Año 2005, siguiendo la línea del fengshui. Una bodega moderna, espaciosa, luminosa, la cual se puede ver durante una visita guiada y a través de unos enormes ventanales de camino al restaurante, todo está pensado en este precioso viñedo.
 
 
Las personas que trabajan en De Grendel, muchos de ellos familia y dueños del viñedo, son auténticos profesionales del vino ya que los caldos que han conseguido, están al alcance de muy pocos. Este arduo trabajo de su Enóloga Elzette du Preez, la cual da seguimiento a todos y cada uno de los pasos del proceso, se ve recompensado año tras año con los premios conseguidos, a destacar sin duda alguna los Michelangelo International Wine Awards.
 
 
De Grendel tiene muy buenos vinos pero destacan sobremanera uno de los mejores Sauvignon Blanc que se pueda beber en Sudáfrica, uno de ellos con sabor tirando a fruta tropical que, ya que no he tenido la suerte de probarlo, lo usaré como excusa para una próxima visita.
 
 
Este viñedo obviamente no destaca solo por sus blancos, sino que tiene un interesante espumoso rosado (por lo visto no lo podemos denominar champán) y sobre todo unos riquísimos tintos preparados con las uvas Shyraz y Merlot, destacando su vino estrella de nombre Rubaiyat.
 
 
 
Lamentablemente no tuvimos tiempo de realizar una cata, la cual se puede realizar sobre 4 vinos por 1.5 € (si, ya lo se, ridículo verdad) y una cata mucho más extensa de toda la gama de vinos por 4€, otra excusa más para poner a De Grendel en mi, como yo la llamo. “to do list”.
 
 
También disponen de varios comedores privados con lo cual se pueden realizar catas o comidas de empresa, celebraciones, etc. en un ámbito más personal.
 
 
Hablemos del restaurante, ya que esa ha sido la principal razón de esta rápida visita un viernes a mediodía, y no un viernes cualquiera, un precioso día de final de verano austral con brillante cielo azul y unos agradables 26 grados centígrados.
 
 
Fue hace exactamente 3 años que la Familia De Grendel decidió dar un paso más y abrir un restaurante. Para ello, se pusieron en manos del conocido cheff local Ian Bergh, que produce unos platos muy ricos y muy bien presentados.
 
 
Lo primero que destacaría es el comedor, amplio, acogedor y con las mesas bien puestas, organizadas y relativamente distantes las unas de las otras.
 
 
Destacaría sobremanera el tamaño de la carta. Aunque dicen que en la variedad está el gusto, no me fio demasiado de aquellos restaurantes donde tienen de todo, porque no todo sale todos los días y eso repercute, y de qué manera, en la frescura de los productos. Prefiero una carta más corta, pero con producto fresco y bien preparado. Estamos hablando de 5 entrantes, 5 principales y 5 postres donde elegir; suficiente verdad?
 
 
Eso si, se agradece que cada ciertas semanas cambien el menú e introduzcan nuevos platos, lo cual nos permite tener una excusa más, y ya van unas cuantas, para volver a este hermoso lugar.
 
 
El tipo de comida la podemos calificar como Contemporánea Sudafricana, y en la carta cabe destacar otra cosa que no ocurre en muchos sitios, el precio de los vinos es el mismo en el restaurante que en la tienda. Durante nuestra visita tomamos un riquísimo Merlot, por el precio de 9€; LA BOTELLA.
 
Sudáfrica destaca por tener muy buenos vinos, vinos de talla mundial por unos precios realmente escandalosos.
 
En nuestra visita opté por un entrante que parecía apetitoso, una especie de “mezcla” o de ensalada que incluía algo de hoja verde, flores comestibles, calamares a la plancha, los tentáculos fritos y rebozados, gambas a la plancha combinados con algo de pepperoni y con una finísima salsa, una combinación muy acertada y una presentación digna de fotografiar, también es muy importante el comer con la vista, verdad?
 
 
De segundo probamos el cordero que estaba cocinado de dos maneras, la primera en un interesante rollo con su propia piel, otra sencillamente cocinada lentamente al horno y todo ello regado por una fina salsa de carne y acompañados de una especie de mini rollitos de queso fresco.
 
 
Y llegó la hora de los postres, que aunque no son mi pasiòn, viendo el nivel del menú que estábamos comiendo tampoco pude dejar de probarlos.
 
Una especie de cremoso yogur de fresas, con frutas variadas (sandía, higos, moras y algún crujiente de galleta, vamos, una maravilla o en mi caso una muy rica panacota con helado de piña y crujiente.
 
 
La agradable compañía y la conversación distendida hicieron de esta visita a De Grendel una comida divertida, donde el factor sorpresa tuvo mucho que ver, y donde las preciosas vistas y la buena puesta en escena se vió complementada por una estupenda comida y una grata compañía que espero, podamos repetir pronto.
 
 
Muchas gracias amigos por haberme llevado a este precioso rincón a las afueras de Ciudad del Cabo; os debo una.
 
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