martes, 30 de julio de 2013

BEBEK BENGIL, comida entre arrozales en Ubud (Bali)


 
Retornamos a Bali, cuyo nombre significa “Morada de los Dioses”,
Es cierto que con el paso de los años y la aparición de las nuevas tecnologías, se ha perdido parte de la magia de viajar.
 
Recuerdo cuando era pequeño y había poca información, los viajes eran diferentes, todo eran nuevas experiencias y sensaciones ya que la información era muy limitada. 
Uno quiere que todas las experiencias que se van a vivir, sean buenas, y por ello muchas veces se busca demasiada información acerca de a donde vamos, y las experiencias, dejan de ser naturales.
 
Lo malo de probar sin saber es que puedes confundirte, la parte positiva es que conoces cosas nuevas, cosas desconocidas, y como no tenías una expectativa te llena o te decepciona en su justa medida.
Aun así, muchas veces los destinos nos sorprenden y nos encontramos con fantásticas experiencias como la que ahora quiero compartir.
 
Mi primer viaje a Bali fue una sucesión de sorpresas maravillosas, de sitios nuevos, de increíbles rincones, de secretos del viajar.
En el centro de Bali existe una ciudad llamada Ubud, una ciudad en altura, rodeada de grandes bosques, preciosos arrozales y pequeños hoteles que se han ido construyendo respetando el entorno y la naturaleza.
 
 
 
En este blog ya he escrito sobre uno de los mejores hoteles que yo recuerdo, un precioso santuario, unas villas con infinity pool individual, acomodadas en un precioso valle enfrente de un templo Balinés, el “Ubud Hanging Gardens” http://secretosdelviajar.blogspot.com.es/2012/11/ubud-hanging-gardens-bali.html 
No os dejeis engañar, en este hotel que cuesta sobre los 300€ noche se puede disfrutar muchísimo, pero en Ubud y en Bali hay muchísimos hoteles mucho más económicos donde también se puede disfrutar.
 
Si bien es cierto que por lo general, a mayor coste mayor retorno de la inversión (en forma de lujo, amenities, servicio, etc) muchas veces el placer de viajar no reside en el coste del hotel, sino en la forma que uno afronta el viaje y la manera de disfrutar.
Hace poco un buen amigo se fue de luna de miel al Amanusa y Amankila, de la cadena Aman, el tope del lujo en Bali, y aunque pagó 800€ por noche de hotel, no creo que haya disfrutado 3 veces los 250€ que cuesta, por ejemplo, el Ubud Hanging Gardens.
 
Eso es algo que aprendimos también en Bali. Durante unos días nos sentimos culpables de querer tener un coche mejor que el vecino, de querer el mayor plasma de la tienda, por unos días disfrutamos de una cultura mucho más inteligente que la nuestra, una cultura menos materialista.
El Balinés sonríe, es agradecido, disfruta de la vida; siempre.
 
 
 
Bali es un destino turista por excelencia, y en casi todos los rincones de la Isla encontrarás la huella turista, aunque aun es posible perderse entre arrozales, pasear por el monte, disfrutar de una excursión en bicicleta y que muchos de los habitantes de pequeñas aldeas te miren como si hubieran visto un fantasma. Ese Bali es el original, el más bonito, pero no el único.
 

 
En Ubud podemos disfrutar del archiconocido Monkey Forest, un bosque donde los monos, salvajes, campan a sus anchas. El turista puede comprar unos plátanos a los locales, y con suerte, sentarse en un banco y dar de comer a los monos, que en muchas ocasiones se te suben a las piernas, y a los hombros…
 
 
 
En nuestro primer viaje a Ubud nos encontramos por casualidad con un bonito restaurante, que para entonces (hace ya 10 años) empezaba a ser ya conocido por la marejada del turismo.
 
 
Con el paso de los años no se si esto ha beneficiado a aquel coqueto restaurante que conocimos, seguramente si a sus dueños, que han abierto otras dos sucursales en Yakarta y en Nusa Dua. 
Lo que si se, ya que lo he vuelto a disfrutar durante otro par de visitas, es que mantiene intacta su belleza, espiritualidad y servicio.
 
 
 
 
Ironicamente se encuentra en medio del ranking en TripAdvisor, algo entendible ante la aparición de numerosos hoteles 5* con sus restaurantes de alta cocina.
En Ubud se puede comer bien por 10€, como también se puede comer bién un menú degustación de “nouveau cuisine balinesa” por 150€ si nos vamos, por poner un ejemplo, al Mozaik.
 
 
 
En su momento me dio la impresión de que el Bebek Bengil, era un restaurante para los turistas que de aquella se acercaban a Ubud (muchos menos que ahora) y sobre todo para los Indonesios “ricos” que se lo podían permitir.
 
 
Bebek Bingil es un nombre balinés que quiere decir “El Pato Sucio”. Este nombre proviene de los primeros días del restaurante, cuando los patos que andaban por los arrozales cercanos, cruzaban de repente por medio del restaurante dejando el suelo lleno de marcas de barro, de sus juegos por los fangosos arrozales.
 
 
 
Aunque Ubud es una gran aldea (para que nos entendamos), hay bastante movimiento de gente, de mercadillos, de niños, de gente rezando, de música Balinesa y de un largo etc. pero en el momento que entras en este restaurante todo ese ruido se transforma en paz y tranquilidad.
 
 
Una mesa exterior (como lo son casi todas) con vistas a los arrozales fue lo que nos “enamoró”, la decoración Balinesa, el gusto por el detalle, la amabilidad de sus gentes, la comida, el trato. Más que el restaurante en si, que no está nada mal, fue la experiencia completa la que nos cautivó.
 
El menú es muy Balinés, con el que para mi es su plato estrella, el Nasi Goreng, y el plato especial de la casa (uno de ellos) que es el “Crispy Duck”, en castellano, pato crujiente.
 
 
He leído críticas de que no es el mejor crispy duck del mundo, y estoy totalmente de acuerdo, pero una Bintang helada, un buen plato de nasi goreng y un poco de Crispy Duck, en esa terraza, con todo lo que os acabo de explicar y por 8/10€ persona es razón más que suficiente para recomendar este hermoso lugar.
 
 
 
Si vais a Ubud no esperéis ir al mejor restaurante de Bali que no lo es, no esperéis la mejor comida Balinesa que tampoco lo es, pero si es un lugar que siempre que alguien me pregunta por Bali, recomiendo visitar. Quereis saber por qué? Mejor lo comprobais y así lo entendeis…
 
 
Este post lo dedico con cariño a 4 personas que van a ir a esta hermosa Isla de luna de miel en los próximos días, María y Nacho, Sandra y Manu. Estoy SEGURO de que ellos si me harán caso y ojalá vuelvan a casa con las mismas sensaciones que nosotros trajimos hace ya 10 años, cuando también visitamos Bali de Luna de Miel….
 
 
Suk Sumum Viajeros…
O lo que es lo mismo….
Gracias; en Balinés....
 
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lunes, 22 de julio de 2013

SUGAR HOTEL CAPE TOWN

  

 
No hay cosa que más me guste que viajar, llegar a los destinos, buscar el hotel, hacer el check inn y mirar cómo es el hotel y la habitación.
 
Me pasa de vacaciones, me pasa cuando me voy de trabajo, me pasa cuando me quedo en hoteles pequeños y baratos y me pasa cuando me voy de 5* y Gran Lujo. Me pasa siempre. No lo puedo evitar.
Muchas veces los mejores hoteles no son los más caros, yo diría que nunca, aunque después de probar alguno que otro diría, casi nunca.
Descubrir esos hoteles que aun tienen tarifas decentes y que aun no han sido “tomados” por las grandes cadenas es uno de los placeres de viajar; la verdad, me pone.
Viajo constantemente y en esos ratos muertos que todos tenemos (en el metro, en el aeropuerto, esperando en la consulta del médico, etc) o donde sea que haya señal, abro mi iPhone y busco, leo, comparo, aprendo….
 
 
 
Siempre que me voy de viaje, ya sea de placer o de trabajo, mis compañeros de viaje saben (o mejor dicho creen) que les voy a sorprender. Y la verdad, debe de ser que se me da bien porque casi siempre acierto.
No es por colgarme medallas, que no las merezco, ni os voy a contar como lo hago, porque me parece tan fácil como ridículo, pero imagino que para mi es sencillo porque lo hago sencillo, lo mismo que el piloto de Fórmula1, para el que conducir a 300, hablar por radio y tocar botones es algo más que sencillo, rutinario.
Haciendo un poco de research antes de desplazarme a Ciudad del Cabo, encontré una pequeña joya, un boutique hotel de tan sólo 7 habitaciones. Este concepto ya antiguo de hotel me encanta, y aunque es cierto que algunos llaman “boutique hotel” a cualquier cosa, la idea es buena sobre todo cuando está bien ejecutada.
 
En Ciudad del Cabo hay principalmente 3 opciones de alojamiento:
1.       Bed & Breakfasts repartidos por toda la ciudad. Los hay de todos los tipos, desde pequeñas casas en las que puedes dormir por 30 euros hasta verdaderos chalets o casas de lujo que te pueden costar 150€
 
2.       Downtown de Ciudad del Cabo (CdC) Varios hoteles de cadenas prestigiosas en una zona que personalmente, no me gusta

3.       Green Point / V&A Waterfront. La zona turística de la ciudad donde hay muy buenos hoteles y grandes cadenas como por ejemplo, One&Only, Radisson, etc.

Buscando un hotel encontré uno pequeño, un boutique hotel con muy buena pinta y muy buenas críticas. Lo primero que hice fue enviarles un email ya que tenía que reservar 3 habitaciones, y en un hotel de 7 eso es complicado, sobre todo en temporada media. Me sorprendió la rapidez en la respuesta y la amabilidad de la persona al teléfono y al email. En ese momento supe que no me iba a decepcionar.
Su nombre; SUGAR Hotel.
 
 
 
Recién aterrizados en CdC y después de una reunión nos dirigimos al hotel, el cual está localizado en la nueva zona de Green Point, donde se encuentra el impresionante nuevo estadio de fútbol donde España jugó las semifinales del Campeonato del Mundo de Fútbol que finalmente ganó. Una zona segura y llena de hoteles, bares, restaurantes y a sólo 10 minutos del famoso V&A Waterfront, una zona turística en el puerto de la ciudad donde hay numerosos restaurantes, tiendas, un gran centro comercial, etc.
 

 
Nada más llegar al hotel salió a recibirnos Nkosi, cuyas primeras palabras fueron Hello and Welcome Mr.YO How was your trip? Obviamente con 7 habitaciones no es que haya hecho magia, pero es el detalle y la forma en la que sucedieron las cosas.
El hotel es un edificio de 3 plantas en plena ciudad con un pequeño patio, que sirve de piscina y zona chill out.
 
 
 
 
Inmediatamente pasamos al interior y nos sirvieron un vaso de agua helada con corteza de limón, refrescante y apetecible. La decoración muy Africana, lógicamente, y todo muy cuidado, nuevo y al detalle.
 
 
 
Rapidamente nos llevaron a nuestras habitaciones, que eran grandes, espaciosas, luminosas, con una cama de película tanto en tamaño como en comodidad. Una buena mesa para poder dejar los papeles y trabajar, aire acondicionado que funcionaba perfectamente y un baño enorme con dos lavabos, ducha enooorme, preciosa bañera y un aseo separado….
 
 
 
MARAVILLOSO….!!
 
 
 
Que distingue un buen hotel de uno excelente? Que te sientas como en casa. Y así me ha hecho sentir Nkosi cada vez que he vuelto al Sugar Hotel. Me fastidia repetir ya que eso me impide conocer, pero una vez conocido el SUGAR….uno quiere repetir.
 
 

El desayuno del hotel merece una mención aparte. Puede tratarse de una nimiedad, y realmente es un pequeño detalle, pero es que todo en el Sugar Hotel son pequeños detalles, insignificantes por separado, pero que todos juntos hacen que en estos momentos esté escribiendo este post.
 
 
 
El comedor es pequeño pero bien decorado, abierto, con mucha luz. Se pueden elegir varios platos en el desayuno amen del zumo de naranja natural que ya te ponen en una pequeña jarrita, las tostadas con mermelada y mantequilla, la fruta con yogur natural y una especie de cereales bien presentados.
 
 
 
Riquísimo.
 

 
La primera vez se me ocurrió pedir una tortilla francesa “de todo”. Le meten cebolla, tomate, salmón, queso y un largo etc y encima viene cocinada como a mi me gusta, algo líquida. La combinación de sabores es increíble y la verdad, cuando uno piensa que todo está inventado se encuentra con cosas como esta.
 
 
 
Una tortilla francesa, puede parecer tan simple, pero preparada con cariño, con buenos ingredientes con buenas mezclas, puede ser un verdadero manjar….
 
 
 
Esa noche nos apetecía cenar en el Belthazar y no había mesa, estaba completo, era verano allá (invierno acá) y había un gran Congreso en la ciudad. Se lo comenté a Nkosi y a los 10 minutos me llamó al móvil (a España) y me confirmó la reserva a la hora que queríamos cenar; se puede pedir más?
 
 
 
Seguro que me estoy perdiendo alguna que otra joya escondida en Ciudad del Cabo, a donde por cierto, espero volver lo antes posible porque es una ciudad, una península, una zona del mundo que me apasiona….
Lo que quizás haga en mi próxima visita, que espero sea de vacaciones, es reservar un par de noches en dos hoteles nuevos para luego pasar el resto de la semana en el SUGAR HOTEL, o en casa, que es como realmente me siento cuando me quedo allá a dormir.
Gracias Nkosi y a toda la familia del SUGAR HOTEL por unas estancias SUBLIMES…..
Y a qué precio….
Para tarifas y lo que os haga falta en ciudad del cabo, los datos de contacto del hotel son:

SUGAR HOTEL
Manager: NKOSI
1 Main Road, Green Point. Cape Town
Phone: +27 21 430 3780
 
Un fuerte abrazo viajeros....
 
Os recuerdo que podeis seguirme en twitter @viajerosecreto
 


martes, 16 de julio de 2013

YAS MARINA, Driving Experience


 
La temperatura del aire es de 35C y la temperatura del asfalto es de 38C. La pista está en condiciones regulares porque hace algo de viento, va a ser muy importante no salirse de la trazada ya que esa zona está muy sucia. Por un lado no hay mucha goma y por otro hay algo de arena que hace la pista más deslizante.
Son las 19:00 y atardece en Yas Marina, cualquiera diría que se trata del comentario de Lobato antes de darse la salida del GP de Abu Dhabi de Fórmula 1, pero esta vez no tenemos a nuestro campeón Alonso en pista, por una vez soy yo el que se enfunda el traje y sale a pista.
 
 
Es curioso, hace unos años en España todo el mundo era “médico y entrenador”,  a esto le sumamos en esta última década “jefe de pista y Director de Escudería”, todos sabemos lo que es el Hans, el DRS y el KERS y todos sabemos de aerodinámica, de neumáticos, de estrategias y lo importante que es (en algunos circuitos) no salir por el lado sucio.
Mi paisano Alonso nos ha llevado a esto, y otro paisano, Lobato (y su equipo), han sabido cogerlo todo y mostrárnoslo de una manera divertida y entretenida. En este país de idiotas, en el que criticamos todo lo bueno que tenemos, ni Alonso ni Lobato se han librado de ello. Palabras mayores, uno es bicampeón del mundo y el otro profesional como la copa de un pino. Pueden caer mejor o peor pero los dos hacen su trabajo, de COJONES.
Si yo estoy en estos momentos sentado en un Fórmula 3000 en uno de los circuitos más lujosos del mundo, es entre muchas cosas gracias a ellos. Sin Alonso Lobato no existiría (en el mundo de la F1), y sin los dos yo no estaría aquí.
Hace tiempo que quería sentarme en un monoplaza y en el circuito de YAS MARINA a las afueras de Abu Dhabi es posible.
 

 
 
La jornada empieza a las 18:30 de la tarde donde las 9 personas que componemos el grupo nos sentamos para recibir el “Safety Briefing”. 45 minutos de speech donde nos explican las normas de seguridad, como conducir un Fórmula 3000 y como se va a desarrollar la jornada.


 
Empezaremos  poniéndonos los monos y saltando en un Renault Clio de competición, y detrás del Instructor daremos 3 vueltas a la parte Norte del Circuito de Yas Marina.


 
Para vuestra información en estas pruebas no se usa el circuito al completo, sino un 65% del mismo, ya que se evita la zona sur que es la sinuosa y más peligrosa, la que pasa por debajo del Hotel Viceroy Yas Marina (con forma de pez). Si que conduciremos por toda la zona de la Fórmula 1 incluyendo recta de meta, recta más larga (la de atrás), curva de 360 grados y unas cuantas chicanes y curvas más. Son 3100m de recorrido.


 
Durante las vueltas de reconocimiento el instructor nos habla por radio a los 4 coches que vamos en pista (dividen a la gente en dos grupos de 5 y 4 respectivamente) y nos comenta los puntos de frenado, de giro y de aceleración que también están marcados con conos en el suelo (2 rojos para comenzar a frenar, uno amarillo para entrar en la curva girando el volante y uno verde para empezar a acelerar)



 
Sencillamente no me lo creo, estoy conduciendo un coche por dentro de uno de los circuitos más bonitos del mundo, un circuito donde el Circo de la Fórmula 1 para todos los años y el que tantas veces he visto en televisión, me pellizco y abro bien los ojos, estoy despierto, es real….
Entramos en el pit lane y esperamos a que llegue el turno a nuestro grupo, el plato fuerte viene ahora y la verdad, estoy pelín nervioso.
Llega el momento de la verdad y me subo el mono y lo cierro, me pongo el “pasamontañas” en la cabeza y el casco así como los guantes y a paso ligero me dirijo al coche.


 
 
Se trata de un Fórmula 3000 de 250 caballos, capaz de ir de 0 a 100 en 3,1 segundos y coger una velocidad de 275 Km/h.


 
Me indican mi monoplaza  y me introduzco lentamente, para hacerlo tienen que retirar el volante. En ese momento me doy cuenta de que no me gustan los espacios pequeños, y recién sentado en el coche me entra un pequeño ataque de pánico, claustrofobia o nervios, pienso incluso en salirme del mismo y olvidarme del evento. Mientras me aseguran el cinturón en los dos lados cierro los ojos y me intento tranquilizar pero no lo consigo, si tengo un accidente o se me para el coche me da pavor pensar que no me podré mover y que tendré que esperar a que vengan a sacarme, pero consigo controlar los nervios.
Los pedales están muy juntos, el embrague no se toca, sólo para salir en el pit lane y para meter la neutral al llegar, lo demás todo con levas.
Estoy sudando como un pollo, me da la sensación de que me voy a asfixiar, no llevo ni 5 minutos sentado en el cock pit y pienso en lo que tienen que aguantar los que corren en estos coches durante un par de horas (o más). Arranco el coche sin problema y me dan el ok para salir al pit lane, calo el coche hasta 4 veces, sencillamente por soltar el embrague demasiado rápido. Finalmente y a la cuarta consigo salir y llegar rodando hasta el semáforo del pit lane. De repente es como si me hubieran puesto el aire acondicionado, no se si el sistema de refrigeración, o más bien la adrenalina han dejado el sudor y la claustrofobia en un segundo plano, mejor aún, simplemente sólo  estoy pensando en que se abra el semáforo.
Y se abre, salimos a pista detrás del instructor, no me lo puedo creer. Estoy viendo la misma imagen que vemos en la tele desde el cock pit del piloto, solo que esta vez, el piloto soy yo. Sin tiempo a pensar hago las primeras dos curvas a izquierda y derecha  y me encuentro en la curva de 180 grados donde se alza un imponente graderío, recomiendan en las primeras vueltas tomar la curva en tercera para no hacer un spin, y enfilo la recta de atrás, en ese momento acelero a tope y le doy a las levas….4, 5, 6 a final de recta paso fácil de los 200 km/h y tengo la sensación de que con la velocidad se me va a salir el casco.


 
Reduzco a segunda y ataco el vértice de la curva, acelero y cambio a tercera y bummmm, se me va el coche y hago un spin; se me cala. Estoy en medio de la pista de espalda y corro el peligro de que me pasen por encima, por suerte esto no es un gran premio y el que iba detrás me evita sin gran dificultad. Arranco el coche a la primera y vuelvo a ponerme en marcha, esta vez si, con más precaución.
Se te permite un spin pero al segundo te vas a la calle, por lo que soy prudente y disfruto de los 20 minutos como si fueran los últimos de mi vida, con cuidado, concentrado y fijándome bien en los puntos de frenada, curva y aceleración. Soy consciente de que ya no puedo ir al límite y me fastidia, pero poco a poco voy frenando más tarde y acelerando primero, es decir, mejorando tiempos.
Una vez más me encuentro en la recta de atrás al rebufo de otro piloto y esta vez es él el que hace un spin en la misma curva que yo, lo evito sin mucha dificultad y me situo detrás del instructor. Estoy en pista y se acaban las pruebas y se acaban las curvas lentas, el monitor lleva su monoplaza a un ritmo endiablado y yo lo intento seguir.
Después de 10 vueltas se acaba la prueba y nos llevan a boxes, aparco el mio en el pit lane y me olvido una vez más del sudor, la claustrofobia y las ganas de salir, sólo quiero que me saquen una foto en el coche para enviársela a mis amigos.


 
Creo que no hay palabras de poder explicar las sensaciones que uno siente al pilotar un Fórmula 3000 en un circuito de Fórmula 1 y aunque hay otras actividades que he disfrutado como nada en este mundo, si tuviera que quedarme con una, ésta, tendría muchas opciones de ser la elegida….


 
Para aquellos viajeros que quieran sentir esta sensación, no es tan difícil ni tan caro.
Emirates tiene 2 vuelos diarios directos desde Madrid hasta Dubai, una de las líneas aéreas más prestigiosas del mundo con unos asientos cómodos, un sistema de entretenimiento a bordo de escándalo, un buen servicio y unas muy buenas tarifas.
Del centro de Dubai a Yas Marina sólo hay una hora de coche por autopista con una excelente señalización.
Para disfrutar de esta experiencia sólo tienes que entrar en http://www.yasmarinacircuit.com/   y apuntarte a esta increíble experiencia. Su precio? 300€


 
Para consejos sobre Dubai y Abu Dhabi echa un vistazo en este blog y si quieres dormir en Abu Dhabi no dejes de leer mi post sobre hoteles en Abu Dhabi
Quizás la mejor cosa que puedo decir sobre esta magnífica experiencia es que a día de hoy, aun me pellizco porque no me lo creo. Veo el vídeo que compré con la grabación de mis vueltas y sólo pienso en una cosa, ver cómo y donde puedo mejorar mi conducción para rebajar tiempos.
Estoy seguro de que repetiré, y para entonces estaré un poco más preparado para ello…
Quien se apunta?
Un saludo viajeros…

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