Este año me ha dado por
contar. Estoy contando ya no solo el número de vuelos que cojo al año sino los
Kilómetros que llevo. También cuento las veces que visito cada país, enumero
los hoteles donde me hospedo y las noches que paso fuera de casa; pero comer?
Comer en restaurantes?
Obvio que por motivos
laborales como mucho fuera de casa y cuando llego a casa, por motivos
personales, también como bastante fuera de casa. Como no se si estamos hablando
de 50 comidas al año o 300, me he propuesto contarlas y enumerar todos los
restaurantes donde he comido.Y por qué os cuento esto?
Porque ayer tuve una cena
maravillosa en un país maravilloso, por lo menos, gastronómicamente hablando ya
que por gajes del oficio, la verdad, no me da tiempo a hacer turismo.
Perú es un referente en el
mundo gastronómico y siempre que tengo que ir a Lima, me alegra pensar que,
aunque tenga 12h de vuelo y apenas tiempo para conocer nada, lo voy a compensar
con unas buenas cenas, muchas de ellas por debajo de los 30€ persona.
De Perú me vuelve loco su
bebida Nacional, el pisco, y más concretamente el “Pisco Sour”, una estupenda y
refrescante bebida compuesta de varias cosas:
1. Jugo
de lima
2. Jarabe
de goma
3. Pisco
4. Clara
de huevo
5. Un
“chin” de angostura
Puede parecer complicado,
pero es una bebida, que tras los grandes consejos de mi buen amigo Valle, he
conseguido dominar.
En Perú me he sentido
cómodo hablando del Pisco Sour, del 3+1+1 o del 2+1+1, del muelle en la
coctelera para crear una espuma densa y de otros cuantos consejos que el bueno
de Valle me ha dado. La gente alucina, “y cómo sabe este Españolito tanto
del Pisco Sour?” se preguntan…. Apúntate
una my friend, que esta, es mérito tuyo….
Ayer precisamente salió de
nuevo la lista de los 50 mejores restaurantes de Latino América, donde ya no es
sorpresa que una gran mayoría en esa lista estén en este precioso país Andino.
Como “El Mercado” del
conocido Rafael Osterling estaba cerrado (y su otro restaurante Rafael estaba
completo), me dirigí con un compañero a probar otro llamado IK (siglas de Ivan Kisik) y de comida “Fusión Japonesa Peruana".
Abrir este restaurante era el sueño de Ivan Kisic, que lamentablemente murió antes de abrir el mismo, y su familia y compañeros, a modo de homenaje, decidieron seguir con el sueño de Ivan y hacerlo realidad. Mucho de la carta pertenece a Ivan, y Percy Alvaro, mano derecha de Ivan es ahora el que dirige los fogones de este santuario gastronómico.
Abrir este restaurante era el sueño de Ivan Kisic, que lamentablemente murió antes de abrir el mismo, y su familia y compañeros, a modo de homenaje, decidieron seguir con el sueño de Ivan y hacerlo realidad. Mucho de la carta pertenece a Ivan, y Percy Alvaro, mano derecha de Ivan es ahora el que dirige los fogones de este santuario gastronómico.
MENUDO ACIERTO
Recuerdo pocas comidas tan
perfectas, porque no falló nada; NI LA FACTURA, y eso es como dicen los
Chilenos, harto difícil.
El local se encuentra en
el corazón del barrio de Miraflores, y la verdad es que por fuera no llama
mucho la atención.
Una vez nos pasan al
interior y nos acomodan, comprobamos lo bonito, diferente y “relajante” que es
la atmósfera en este bonito restaurante.
En la decoración destaca
la “Caja de fruta” de madera reciclada que forma el comedor, parece una enorme
caja de fruta en cuyo interior se encuentra el comedor. Otro elemento que
destaca es la presencia de mucha vegetación, algo que unido a una música de
sonidos de animales naturales y de notas, provocan un estado de paz y
tranquilidad.
Las mesas, todas redondas,
porque todos los seres somos iguales y estar todos en el mismo sitio nos
iguala. Las luces, del techo directamente a la mesa formando figuras tìpicas Peruanas, hasta que
llega la comida que con un chiscar de dedos desaparece y se convierte en una
simple luz. El centro de la mesa iluminado, el resto más oscuro.
Pequeñas piedras sobre las
mesas donde se apoyan las “pinzas” con las que se come, nada de palillos
Japoneses. Piedras que significan energía y que dotan a la mesa de algo a lo
que llaman fuerza.
Enseguida llega el
camarero con la carta, una carta no muy extensa, con unos 10 entrantes y otros
tantos principales.
Me gusta que todo se pueda
compartir, ya que esto nos permitirá probar varias cosas en una misma cena.
También tienen un menú degustación que seguro, es una delicia, pero no había
tanta gana de comer y tampoco de gastar.
Comenzamos con un aperitivo de la casa, llamativo, diferente y sobre todo muy bien presentado. Está claro que también comemos con los ojos.
De primero tomamos un tiradito de pescado blanco. El tiradito es la versión Peruana de pescado crudo acompañado por una salsa, cortado en finos filetes y presentados en un plato presentación hondo con algunas flores, vegetales, aceites emulsionados y un largo etc.
Comenzamos con un aperitivo de la casa, llamativo, diferente y sobre todo muy bien presentado. Está claro que también comemos con los ojos.
De primero tomamos un tiradito de pescado blanco. El tiradito es la versión Peruana de pescado crudo acompañado por una salsa, cortado en finos filetes y presentados en un plato presentación hondo con algunas flores, vegetales, aceites emulsionados y un largo etc.
Ayer me dijeron que la diferencia entre el cebiche y el tiradito, es el corte, siendo el tiradito finas láminas de pescado, y el cebiche un corto más rudo, en forma de tacos. También me comentan que el tiradito nunca lleva cebolla.
Sea como fuere, se trata
de un plato ligero, sabroso, fino, rico, elegante, armonioso y un regalo para
aquellos que comen con la vista.
Después de un gran
entrante optamos por compartir unas mollejas de cordero. DIOS MIO que mollejas.
Hechas a la parrilla con ese ligero sabor a fuego, sobre una cama de puré de
patata?? Verdura cortada en fideos y un aceite verde emulsionado con no
recuerdo qué: BRUTAL. Estas si son, con diferencia, las mejores mollejas que
haya probado jamás.
Y finalmente compartimos
un principal, un pequeño filete de una carne exquisita de nombre wagyu, sobre
una cama de puré de patata, espárragos, y unos cuantos ingredientes más que dan
al plato un sabor y un color difíciles de igualar.
Para beber y para no
invertir en vino, el cual por lo visto en Perú es más caro de lo deseado, seguí
apostando por la bebida Nacional, el Pisco Sour, pero esta vez, una sorpresa,
un pisco a dos temperaturas. Esto quiere decir, un vaso divido por una hoja de
platanero, en un lado sorbete de pisco sour y en el otro espuma caliente de
pisco. Para beberlo levantabas la hoja, y dejabas caer en la boca el líquido de
ambos lados para provocar en la boca la fusión de los dos elementos. Suena muy
bien verdad? En la práctica pierde bastante de la magia del nombre y de la
explicación.
De postre otro Pisco Sour
esta vez el tradicional, bueno y al punto; se puede pedir más? Si, siempre hay algo más, de nuevo y por cortesía de la casa un postre para acabar la cena de una manera dulce.
Qué dominio de las
mezclas, de los ingredientes, de los picantes, de los sabores y de los colores.
Dejo Perú en estos momentos con la sensación de no haber hecho los deberes
gastronómicamente hablando, pero con un poco de suerte como los he hecho
profesionalmente, tendré que volver. Y esta vez probaré nuevos sitios pero
dejaré una de mis cenas para repetir en el IK
Y le daré una oportunidad
al menú degustación;
Alguien se apunta?
Un fuerte abrazo viajeros No dejéis de seguirme en Twitter @viajerosecreto
Excelente review y ya sabes que envidia sana de no poder estar alli contigo disfrutándolo. A mi tambien me gusta mucho la cocina fusion y estos peruanos son unos maestros.
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