jueves, 25 de abril de 2013

CIUDAD DEL CABO, vuelo de combate en HUEY COBRA


Es invierno, hace frio, llueve como si el mundo se fuera a terminar, y de repente, como regalo caído del cielo aparece en el horizonte la oportunidad de pasar un fin de semana en Ciudad del Cabo….
Es muy fácil y a la vez, muy difícil, describir Ciudad del Cabo en pocas palabras. No valdrá para mucho decir que es uno de los lugares más impresionantes de la tierra, porque eso es para muchos subjetivo.




Ciudad del Cabo es una ciudad costera con una naturaleza impresionante. Hay cosas de la vida que se pueden describir, y Ciudad del Cabo, no es una de ellas.
Se trata de un lugar donde uno se siente seguro, como en casa, donde uno se lo pasa bien, donde uno se divierte, donde uno puede pasar 10 días sentado en una hamaca leyendo un libro, donde uno puede pasar una semana visitando viñedos y probando de los mejores vinos del mundo, un lugar donde  te encuentras a la naturaleza en estado puro, un lugar donde puedes meterte en una jaula en el mar y donde podrás ver muy de cerca al Gran  Tiburón Blanco. http://secretosdelviajar.blogspot.com.es/2013/02/shark-cage-diving-en-el-agua-con-el.html   



Un lugar donde puedes comer de lujo, un lugar donde puedes disfrutar de la noche, donde puedes jugar al golf, donde puedes salir en barco, donde puedes hacer surf, snorkeling, kite, paseos en caballos, treking, senderismo, puenting, avistamiento de ballenas, pesca y un largo etc. Un lugar donde puedes realizar todo tipo de actividades, como la que hoy nos ocupa, volar en un Helicóptero, en EL HELICOPTERO de la guerra del Vietnam; el Huey Cobra.


En resumen. Cape Town como se conoce, es una auténtica joya que multiplica por diez su valor durante su temporada alta que es nuestro invierno. Si Ciudad del Cabo ya es una delicia en cualquier época del año, el hecho de mirar el reloj y ver en el calendario 15 de Diciembre, y estar cenando en una terraza a 25C, es una auténtico lujo y un sueño para muchos de nosotros, por no hablar de la calidad de su cocina ni de la frescura de sus ingredientes....

En Ciudad del Cabo también he encontrado mi casa, un pequeño hotel de 7 habitaciones, tan dulce como su propio nombre indica; SUGAR.



Cuando voy a CdC siempre me quedo en el Sugar, donde el Manager Nkosi y su gente me tratan como si fuera mi último día en la tierra.






Le debo un post a este hotel, prometido.


En CapeTown como comentaba se pueden hacer muchas actividades donde la adrenalina sube, y mucho. Bungy Jumping, bañarse entre tiburones en una jaula en medio del océano, descender Table Mountain en rappel y un largo etc. Pero hay una que destaca, no se si por encima de todas, pero que sencillamente es diferente al resto.
Hay una compañía en CdC llamada Sport Helicopter Tours , que te permite realizar una simulación de un vuelo de combate en uno de los mejores helicópteros jamás creados, el famoso HUEY COBRA.

www.sport-helicopters.co.za


Se trata de uno de los helicópteros de más éxito de la historia con más de 16.000 unidades producidas en total. Es famoso por su participación en la Guerra de Vietnam en la que fueron usados alrededor de 7.000 unidades




Hay muchos touroperadores en Ciudad del Cabo pero todos al final trabajan para el mismo helicóptero. Los encontrareis principalmente en la zona de Victoria & Albert Waterfront, otro lugar muy turístico pero de recomendable visita si se pasan unos días en CdC. Un gran centro comercial con numerosas tiendas, restaurantes, paseos, puerto, malecón, vida noctura, pubs y un largo etc conforman esta bonita zona de la ciudad.




Participar en una Misión de este calibre supone también una visita turística aérea de la zona, porque despegar del V&A Waterfront te permite ver perfectamente toda la ciudad, la bahía, la famosa zona del estadio de Green Point donde España ganó su Mundial de Fútbol, Table mountain y un largo etc.




Este modelo de helicóptero vuela sin puertas con lo que las sensaciones que se tienen en el mismo son de adrenalina pura.




Durante el viaje primero se sale de una manera tranquila desde el V&A y se toma dirección oeste. Durante estos primeros 6 o 7 minutos de vuelo las vistas son sencillamente impagables. 




Además estar en el lateral del helicóptero te permite estar casi colgando del mismo, y la sensación es indescriptible. Una vez nos salimos de la civilización, bajamos a ras de agua a hacer un vuelo rasante, y el helicóptero va tan bajo y tan cerca del agua que parece que las olas te vayan a salpicar.




El viaje se completa con múltiples maniobras, giros, caídas y varios detalles del piloto que te permiten vivir unas sensaciones increíbles. Estamos parodiando el Vietnam así que durante unos momentos la música resuena a tope como si de una misión real se tratara.




Volvemos a la tierra a hacer un vuelo de rasante por un canal abierto entre árboles y es una auténtica pasada.
Es una actividad cara, dependiendo del número de personas del grupo puede costar entre 200 y 300€ persona, pero os garantizo que es una experiencia que nunca podréis olvidar.




La vuelta al V&A se hace una vez más en modo pacífico y nuevamente disfrutando de las preciosas vistas y de todo lo que Ciudad del Cabo nos ofrece.



Una recomendación os daré. Si haceis esta actividad está muy bien que llevéis cámara y saqueis fotos, pero no perdáis mucho tiempo con ella porque cada segundo en ese helicópter cuesta, y es mejor salir con un millón de sensaciones que con un millón de fotos. Al aterrizar os dareis cuenta que las buenas fotos son las menos, y que con lo que realmente os teneis que quedar es con la experiencia.




Y os lo digo yo que tengo que repetir, uno porque me pareció algo diferente, divertido y cargado de adrenalina, y dos porque perdí demasiado tiempo con mi cámara.

Ya sabeis, si quereis hacer algo diferente, divertido y con un componente muy elevado de adrenalina, esto es de lo mejor....

Un abrazo viajeros....


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sábado, 6 de abril de 2013

GUEYU DE MAR; Pescados a la Brasa SUBLIMES





Nos encontramos una vez más en Asturias y aunque es Semana Santa, y sabemos que no es la mejor época para visitar un restaurante, aprovechamos un sábado sin agua para visitar el restaurante GUEYU MAR, del que tanto hemos oído hablar pero al que aun no nos hemos podido acercar.

El restaurante GUEYU MAR se encuentra en Playa de Vega, muy cerca de lugares tan bonitos como Ribadesella, Lastres, el Museo del Jurásico, etc.

Mi tip cultural o en este caso deportivo es combinar una jornada de golf en el precioso campo de golf de Berbes con una comida en este bonito rincón de Asturias.

El campo de golf de Berbes era un campo de golf de los que llaman “rural” y que ha ido creciendo y mejorando sus hoyos hasta convertirse en un buen campo de golf, sobre todo por el entorno donde se encuentra, por las vistas y por lo bien cuidados que suelen tener sus greenes.


Es uno de los pocos campos de golf en los que he estado donde, en medio de la partida, se te cruzan casi siempre unos cuantos venados que pastan a sus anchas por las inmediaciones del campo; precioso.


Una vez dejamos el golf, o el paseo, o la visita al precioso Parque Jurásico de Asturias localizado en Lastres, nos dirigimos al restaurante GUEYU MAR.

Lo primero que nos sorprende es la amabilidad con la que el día anterior, la persona que me descolgó el teléfono me atendió. No estamos acostumbrados a esto. Como no estaban a tope nos dieron mesa en el segundo turno así que dependíamos de que se levantasen los que habían reservado a las 2. Nos prometió que haría lo posible por tenernos sentados a las 3.30 Al llegar el día siguiente la misma amabilidad, y aunque nos sentamos a las 4, que te atiendan de esa manera te hace ver las cosas de otra manera.


Eramos 6 y casi antes de empezar ya habíamos tomado dos botellas de Albariño, la comida prometía. No soy un entendido en vinos o en cartas de vinos, pero los precios me parecieron cuando menos razonables. Terras Gauda 18€ y Viuda de Clicquot 40€

La carta tiene todo tipo de mariscos y pescados dependiendo de la época, ni carnes ni arroces.

Para los entrantes lo teníamos muy claro; Salpicón de Bogavante

Otras opciones son almejas, carabineros, percebes (de las buenas) y como todo es fresco y del mar, depende de lo que los pescadores locales hayan pescado ese día....

No soy de los que ratea y pide 4 raciones para 6 en restaurantes, pero es verdad, y pasa muchas veces, que si tomas varios entrantes luego sobran principales, y no están las cosas para tirar el dinero.

Como veníamos a probar el pescado a la brasa decidimos compartir 2 de Salpicón y pedir 6 raciones de un estupendo Rey (Virrey para los de ciudad verdad?). Tengo debilidad por el salpicón de todo tipo, pero especialmente por el de bogavante. He probado varios, muchos, pero NINGUNO como este.


Hay veces que es el exceso de cebolla, otra vez la falta de “bogavante” o la mala calidad del mismo, o que está demasiado pasado. El caso es que este que tomamos, es el mejor salpicón de “bugre” que jamás haya comido. Si quereis saber por qué, ahí teneis la foto, y si no os vale, al final del post os doy los datos del restaurante para que hagáis reserva.

No se exactamente lo que lleva, estaba tan absorto primero en sacar la foto y después en comerlo antes de que se acabase, que ni me fijé, sólo se que el sabor de la vinagreta era lo suficientemente suave como para no matar el sabor del bogavante; de eso se trata verdad?

Dependiendo de la época del año y de la pesca del día Abel te recomendará los pescados. Siempre hay donde escoger y siempre desde raciones individuales para algunos pescados hasta pescados completos para 4/6 personas e incluso medios pescados a la plancha.

Tiene buenísima pinta el pixin (rape), el mero, rodaballo, merluza del pincho, rey y seguro que cuando llegue el verano el bonito será una auténtica delicia... (y solo quedan dos meses para eso)

Entre risas y vino, llegó el Virrey. No se cuanto pesaba el Virrey, aquí en Gueyu Mar te cobra por ración, no por peso, pero a tenor de la foto, del tamaño de la mesa y del pez me atrevo a decir que no menos de 3Kg.


SUBLIME

El pescado se prepara a la brasa, muy lentamente, para que se haga como en la plancha pero con el sabor de la brasa, un poco ahumado, con ese sabor a leña sin llegar a confundir o impactar en el verdadero sabor a pescado. Se sirve sin salsas, o al menos eso parece, por lo que el pescado sabe a eso, a pescado, a mar.


He llamado a mi experiencia en GUEYU MAR “Hemorragia de felicidad gastronómica” porque la verdad, ha sido una maravilla.

El postre a la par, no recuerdo el nombre, pero con la foto creo que es bastante. Algo de compota de fresas con una crema riquísima y unas galletas; de muerte.


Cabe reseñar que de postre, compartimos entre varios otra ración de Salpicón de Bogavante, asi que imaginaros lo bueno que estaba.

Por supuesto que más vino, cafés y copas.

La cuenta? Grande, si. Es verdad que no todos los días se pagan 80€ por comer (por persona) como también es verdad que no todos los días, es más, también es verdad que hacía MUCHO MUCHO tiempo que no comía así de bien.

Como yo digo la comida no es que haya sido cara, sino que fue mucho dinero. Sin ir más lejos, la semana pasada en Panamá pagué 50€ por una cena que me hubiera parecido cara por 10€ (ya os lo contaré en un futuro post).

El pescado es de otro mundo, bueno, del Mar Cantábrico para ser exactos, fresquísimo, grande, increíblemente preparado. El salpicón para llorar, 5 botellas de vino y una de champán, postres, cafes, chupitos y un trato excelente.


Para no confundir a nadie decir que normalmente, si no te excedes con mariscos, las comidas en Gueyu Mar suele andar por los 50€ persona, entrante para compartir, pescado, vino y postre.

Aun no se cuando volveré, pero se que lo haré en cuanto este tiempo que estamos teniendo nos de un poco de tregua.

No quiero ni pensar como estará de bueno, un bogavante de 3 Kg cocinado a la parrilla... 

Para no llevarte una decepción reserva.

Restaurante Gueyu Mar
Playa de Vega
Teléfono: 985 860 863


Como le decía a Abel en un tweet el día de la comida, en GUEYU MAR cocinan POESIA….

Ahora os toca a vosotros comprender por qué...


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lunes, 1 de abril de 2013

CASA IRENE, comida "de lujo" en Baqueira Beret




Nos encontramos pasando unos días en una de las mejores estaciones de ski de Europa, y la que a buen seguro, contiene una de las mayores ofertas gastronómicas no sólo del país sino de toda Europa.

El Val de Arán es conocido por su buen ski, pero también por su buena cocina, y la combinación de las dos hace de esta, la elección perfecta.

Uno de los grandes nombres de este valle es CASA IRENE, un precioso chalet que también es un pequeño hotel que alberga uno de los restaurantes con mejor fama de todo el Valle. 




CASA IRENE es parada obligatoria de la Familia Real Española y aunque este solo sea un dato anecdótico, nos pone en guardia por lo menos para saber que no vamos a comer a cualquier sitio. Imaginamos que barato no va a ser, pero estará a la altura?




Rapidamente lo descubrimos.

Entramos en casa Irena y rápidamente nos reciben y nos acomodan en una estupenda mesa redonda. Somos nueve y la logística es perfecta, el sitio estupendo, la decoración cálida, si no fuera por el resto de comensales, parecería que estás cenando en el salón de tu casa.



Nos sentamos y rápidamente aparece Irene a saludar, señora amable, atenta, lleva años al frente del negocio y lógicamente, entiende lo que se cuece.

Inmediatamente nos sirven una copa de cava, cortesía de la casa, que viene acompañada de una lasaña de pescado, riquísima….




Rapidamente echamos un vistazo a la carta, y como somos muchos, nos parece una buena elección el Menú Desgustación…. Dicho menú viene con “barra libre” de un excelente Rioja, Marqués de Vargas Reserva 2004. No tardamos mucho en decidirnos ya que el menú tiene muy buena pinta, y con ese vino no puedes decir que no.





El primer objetivo de cualquier negocio de hostelería está más que cubierto, sorprender al cliente y sobre todo, que se encuentre a gusto. Lo estamos; y tanto….

Llega el primer plato.




Canelones de oca del Gers con confitura de tomate, colmenillas y trufa. No puedo decir mucho de este plato, sencillamente ESPECTACULAR.

El servicio es rápido, eficiente, y nunca empalagoso. Antes de acabar el tinto ya está abierto el siguiente, como comentaba el vino viene incluido sin límite, lógicamente el negocio tiene que usar lo menos posible pero el cliente no lo debe de notar, y así es.

Entre chiste y broma llega el segundo plato, unas vieiras salteadas con aligot, crujientes de alcachofa y salsa cortada de hierba luisa. Quizás el nombre no diga demasiado, pero la foto, y el sabor de la comida hacen su trabajo…. Y vaya que si lo hacen… riquísimo.



De tercero llega, por llamarlo de alguna manera, el plato fuerte de la noche, Lomo de Buey a la Brasa con patatas, ceps y salsa bordalesa. La carne viene bien presentada, al punto que cada uno ha pedido, viene caliente y lo más importante, con un sabor para parar el tiempo y disfrutarlo.



Estamos felices y contentos de haber escogido Casa Irene para nuestra cena, somos 9 y la decisión ha sido consensuada después de muchas “discusiones”. No lo teníamos claro…. Pero de un plumazo, se nos han ido las dudas…

Y llega el postre.

Tengo que reconocer que no soy de postres, como también he de reconocer que con el paso de los años el postre,  he pasado de no tomarlo a disfrutarlo.



Tarta de manzana fina con helado de vainilla Bourbon, postre que se hace en Casa Irene desde 1973. Para morirse…. De verdad, es una especie de tarta de manzana rica no, riquísima, elegante, bien presentada; me muero…..

Para rematar nos tomamos unas buenas copas, bien preparadas (aunque no tienen una carta extensa de alcoholes). Y las tomamos en el salón, sentados en un sofá, disfrutando de la compañía y comentando la buena elección de esta noche.

Casa Irene ha sido una muy grata sorpresa. Por el lugar, por su decoración, por lo que te hace sentir, por la calidad de la comida, la presentación, los sabores, la singularidad de algún plato, por el servicio, el postre, por todo….
Casa Irene es un acierto; SIEMPRE.

Quieres saber por qué?

Pues ya sabes lo que tienes que hacer. Sencillamente; NO PERDERTELO...

EL MOLIN DE MINGO y su Arroz con Pitu de Caleya


Estamos en Asturias, es sábado y nos encontramos en Ribadesella, son las 13:00 y no sabemos donde comer. Se me ocurre El Molín de Mingo aunque veo imposible que nos den mesa, siempre hay que reservar con tiempo sobre todo en fin de semana para evitar decepciones, pero entre la crisis, la suerte y que es mal fin de semana nos dan una mesa para 4.
Si estamos en esta bonita zona de la geografía Asturiana mi tip “cultural” es la visita a Ribadesella, muy conocida en los últimos años porque de Ribadesella son los abuelos de la Princesa de Asturias, Dona Letizia y allá es donde pasaba ella sus veranos. Lógicamente esto es una anécdota, y hay muchas razones para visitar esta preciosa villa costera.

Ribadesella es una bonita villa costera donde es una delicia pasear y a donde se puede, por ejemplo, ir a tomar el vermut en uno de sus múltiples bares en la zona antigua antes de ir a comer.

El Molín de Mingo se encuentra en una pequeña localidad llamada Peruyes. Llegar no es difícil ya que está bien indicado pero si es la primera vez que vas, te va a dar la impresión de que estás perdido. Una vez sales de la carretera general que une Ribadesella con Arriondas, tienes unos 8km por una carretera comarcal que acaba convirtiéndose en una pista de montaña y que acaba, precisamente, en este precioso restaurante.
Lo primero que nos sorprende es ver una casa tan bonita en un lugar tan escondido, pegado a un pequeño riachuelo que discurre entre las montañas, el paisaje es idílico como pronto lo será la comida.

Antiguamente se comía debajo del precioso hórreo y algunos opinan, que con la modernización del negocio la calidad de la comida se ha visto afectada. No estoy del todo de acuerdo aunque está claro que, no es lo mismo dar 20 comidas a 150 y de alguna manera ciertas cosas puntuales como el café, que ya no es de pota antigua, se ha visto afectado.




El restaurante se divide en 3 partes, una especie de comedor cubierto exterior (2 o 3 mesas) donde es agradable estar en primavera, un comedor interior muy bien decorado, muy casero, hogareño y una especie de galería de cristal con preciosas vistas al exterior donde caben otras dos o tres mesas. Todas las opciones son buenas aunque si se va con niños pequeños y/o carricoches, la mejor es la primera ya que hay más espacio y también la que tiene los columpios más cerca.
El servicio es bueno, el trato amable, cercano.
La carta no es super extensa, tiene un poco de todo aunque principalmente carnes y platos Asturianos (fabada, pote, tortos, jabalí, pitu de caleya, arroz con pitu, cecina, croquetas, etc) y una selección de vinos interesante y a buen precio.




Mientras nos pensamos lo que vamos a comer nos traen un plato con una “crema de queso gamoneu” que untamos en un pan caliente; ESPECTACULAR. Un sabor fino, no muy fuerte, pero de rico y suave queso gamoneu.


De entrantes esta vez pedimos la cecina que estaba muy rica y como siempre, las croquetas de compango (ingredientes que suelen acompañar a la fabada; tocino, morcilla y chorizo) y estaban como siempre, espectaculares.

Para acompañar esta comida, escogemos un vino que me encanta, económico que tan bien nos viene por estas fechas, Pago de los Capellanes Roble 2011.



Si venís hasta aquí, no podéis marchar sin probar el plato estrella: “Arroz con pitu de caleya”. Es sencillamente espectacular: la presentación, el color, el olor, el punto del arroz, el pitu, el tamaño de las raciones. Eramos 4 y pedimos 3 raciones y todos pudimos repetir. No hay palabras.



A mi personalmente no me saquéis de ahí. He probado la fabada y estaba buena, el jabalí también, pero si vienes hasta aquí tienes que probar el arroz con pitu; si o si. También tenemos la versión "Pitu de caleya con patatines", que también está bueno, aunque sigo pensado que la magia está en la combinación del pitu con el arroz.



Finalmente hay una selección de postres variados y caseros que por lo visto, están también muy bien. Yo que no soy goloso no puedo explicarlo, pero vistos como quedan siempre los platos de mis acompañantes puedo dar fe que no están bueno, están requetebuenos.


Llega la hora de la cuenta y aquí no hay sorpresas, por 30 o 35€ por persona comemos los 4 con vino y copa.

No le veo mucha capacidad de mejora a este restaurante, realmente no se puede pedir mucho más. Aunque como bien dicen, lo difícil no es llegar sino mantenerse.
Pues que sigan así, porque dando esta calidad, este servicio y a este precio habrá que seguir reservando con tiempo para no llevarse una decepción.

Si eres Asturiano y no lo conoces, tienes que ir. Si no eres Asturiano y vienes a Asturias, lo tienes que probar. Y si eres Asturiano y viene gente de fuera a conocer Asturias y los quieres sorprender, esta es una garantía de éxito.

Se puede pedir más?

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